viernes, 9 de octubre de 2015

ORACION POR LA RESTAURACION MATRIMONIAL Y FAMILIAR

Señor Jesús

Nos ponemos ante tu Divina presencia en unión con María Santísima, San Gabriel, San Miguel, San Rafael, San Shamuel, nuestro ángel de la guarda, San José y todos los Santos intercesores por la conversión de las almas y la unión de las familias.

Señor, hemos pasado mucho tiempo sin confiar en ti, pero hoy queremos decirte que te amamos, te bendecimos, te adoramos, que eres grande, que eres nuestro único Dios y ponemos en ti nuestra esperanza.

Amado Jesús, eres grande, todopoderoso y no tenemos sino palabras de agradecimiento sobre todo lo que hemos vivido en nuestro pasado. Es cierto que hemos vivido o estamos viviendo momentos difíciles, especialmente por la ruptura o crisis en nuestros matrimonios y familias. Pero Señor, también hemos tenido momentos maravillosos, llenos de alegría y de amor. Señor Jesús, te damos gracias por todo aquello que ha sido especial en nuestras vidas, todos los momentos familiares hermosos que hemos vivido durante nuestra vida.

Señor Jesús, hoy volvemos a ti, y te reconocemos como alguien maravilloso que ha entregado su vida y su sangre por nosotros. Pero también sabemos amado Jesús, que por tu propia cruz te recibimos y tú vienes a nuestras vidas a ayudarnos a llevar nuestra propia cruz, para liberarnos y resucitarnos de esa cruz.

Señor Jesús, trae hoy a nuestras vidas el Espíritu Santo, para inundarnos de luz, de amor y de paz y para que aleje de nosotros todo aquello que no nos deja ser feliz, que nos aparta de ti, lo que no es digno, lo que nos confunde, lo que nos preocupa, lo que nos enferma, quítalo de nuestra vida, sácalo Jesús.

Señor, te pedimos que sanes nuestros corazones de toda depresión, soledad, rencores, angustias, faltas de esperanza y pesimismo. Señor, enséñanos a ver lo bueno, lo bello, lo maravilloso de cada día. Levanta nuestra vida. Gracias por todo lo que nos permites vivir en tu infinita misericordia.

Señor sáname. Señor sana nuestros hogares, sana nuestras familias, a nuestros esposos, nuestros familiares, nuestros hijos y cuídalos a todos ellos de los peligros de este mundo.

Sana Señor, nuestros trabajos, bendice y prospera la obra de nuestras manos, que la serpiente no tenga lugar en nuestra vidas, en nuestros hogares, en nuestras familias, en nuestros esposos, en nuestros hijos, en los lugares que frecuentamos, en nuestros trabajo.

En tu nombre el maligno esta encadenado. Que María Santísima nos cubra y nos proteja con su santo manto. Que la Reina de los Ángeles nos cubra con su bendición.

Señor Jesús, invocamos a los Santos intercesores por los matrimonios y las familias, invocamos a los arcángeles San Gabriel, San Rafael, San Miguel y San Shamuel para que nos acompañen en nuestra lucha, en la lucha por nuestra restauración personal y matrimonial.

Protégenos Señor en nuestra salud y en nuestras vidas. Señor, sananos, sananos, sananos.

Que cada célula de nuestro cuerpo sea bendecida y cada célula sea sanada por ti. Señor te entregamos también nuestros matrimonios enfermos y te pedimos que sanes cualquier tipo de enfermedad que lo esté llevando a la muerte. Pasa tu mano sanadora por cada miembro y órgano de nuestro matrimonio enfermo. Recorre Señor nuestra historia en este sagrado sacramento y pasa hasta el último rincón sanando y limpiando nuestro matrimonio. Tócanos Jesús y mientras pasamos la prueba y pasamos nuestros dolores y sufrimientos, nuestra vida la ponemos detrás de tu cruz, nos aferramos a tu cruz, porque en ella te hemos encontrado, en ella te buscamos, en ella tú nos sanas y nos liberas.

Señor Jesús aquí estamos…todos reunidos, en este momento, en este lugar, aquí estamos Señor, aquí estamos un grupo de personas pidiendo por la misma intención y tu prometiste que donde estuvieran dos o 3 reunidos en tu nombre allí estarías tú, Hoy pedimos desde nuestro corazón por la unidad de las familias, los matrimonios en crisis y la restauración de los matrimonios destruidos.

Señor Jesús, tu nos has amado y no olvidaremos este llamado. Sí Señor, a cuantos has llamado, cuantos han sentido tu voz, cuál de ellos seremos?

Hoy Señor queremos celebrar aquel hermoso día en que te pudimos encontrar, Te encontramos a través de aquella circunstancia en nuestras vidas, habíamos buscado muchas cosas, habíamos buscado quien sabe que para tener una mejor vida, pero me hablaron de ti y ahí estabas tú, te encontramos.

Queremos tener cercanía contigo, intimidad, porque sabemos, sentimos que no hay vacío ni soledad, ya no habrán espacios sin sentido en nuestras vidas, ya no habrá tristeza, angustia, sufrimiento, dolor, porque todos los vacíos los has llenado tu Señor. Todos los espacios en nuestras vidas han sido completados por tu amor.

Queremos mirarte Señor y sentir en ti la hermosura, la belleza de aquel que llena de luz nuestras vidas. Señor, hemos venido hoy a buscarte, hoy estamos aquí y tú sabes que te amamos, que otros al vernos puedan decir, estos aman con el corazón al Señor.

Señor, tu pasaste por nuestro país, por nuestra ciudad, por nuestro hogar, por nuestro corazón y nuestras vidas han empezado a cambiar. Qué deseo tenemos de estar a tu lado!, nos sentimos muy felices de tenerte tan cerca hoy, y gracias por nuestra paz, nuestra alegría, nuestro gozo, y nuestra fiesta es vivir en tu presencia. Ven, ven Señor y siéntate en medio de nosotros. Mirarte a ti es nuestro gozo, es la alegría de nuestras vidas y es el mayor anhelo de nuestro corazón. Aquí estamos Señor, háblanos, necesitamos escuchar tu voz, tu eres el aire de nuestra vidas, eres el todo de nuestro corazón.

Señor Jesús, hoy te pedimos que derrames tus bendiciones sobre nosotros, para proteger nuestros hogares, nuestras familias, a nuestros hijos, a nuestros esposos, para liberar nuestros matrimonios de toda enfermedad causada por el maligno. Medico Celestial, Dios de milagros, tócanos Señor, no te tenemos que explicar, no te tenemos que mostrar, tu sabes dónde está la enfermedad en cada uno de nuestros matrimonios y en nuestros hogares, sananos Señor. Sana nuestros matrimonios del desamor, la desunión, del sentimiento de atadura o asfixia, de la infelicidad, del egoísmo, de la falta de caridad, la impaciencia, el orgullo, la soberbia, la falta de perdón, la infidelidad, el adulterio, la mentira, la lujuria, los vicios, el maltrato verbal o físico, los celos, los reproches, la incomprensión, la irresponsabilidad, la falta de sacrificio y entrega, la intolerancia, la prepotencia y todo lo demás que pueda haber dañado y enfermado nuestros matrimonios y nuestras familias. Señor, tu sabes dónde está nuestro problema y nuestra enfermedad, tócanos allí donde estamos enfermos, lo decimos con Fe. Señor Jesús, donde hoy nos sentimos débiles, y quebrantados te pedimos pases tu mano sanando y curando esas heridas. Líbranos Señor de toda enfermedad que ataque nuestros matrimonios y nuestros hogares.

Bendícenos Señor, y Sananos Jesús. Lo estás haciendo ahora lo sentimos, lo creemos, lo esperamos. Señor te dimos nuestra vida, descansamos en ti y te dimos la victoria sobre todo aquello que perjudica nuestros matrimonios, que perjudica la unión de nuestras familias. Señor tienes la victoria sobre toda enfermedad causada por el enemigo en nuestros hogares.

Jesús tócanos, creemos en ti, somos tuyos, que descienda tu bendición sobre nosotros y nos libres de todo mal. Hoy te pedimos sanación y liberación; Sanación y paz.

Señor…..queremos ser enteramente tuyos porque hemos aprendido a amarte, porque hemos aprendido a confiar en ti, nos entregamos a tu Divina Voluntad, Señor ayúdanos a vencer las pruebas y a ganar las batallas.

Amado Jesús, a veces sentimos nuestra vida a cuestas, sentimos que nuestra cruz es demasiado pesada. Señor ayúdanos a llevar con amor nuestra cruz, para que esta cruz no nos aplaste, no nos desgaste, no nos quiebre, y por esta cruz seamos bendecidos.

Hoy pedimos tu bendición, hoy pedimos sanación. Señor aunque nuestras pruebas sean grandes, aunque las heridas sean profundas, aunque el dolor nos deje sin aliento, aunque la sanación de mi hogar sea imposible a los ojos humanos, hoy te pedimos nos libres de toda enfermedad, que nos libres de toda atadura, que libres nuestros hogares de todos los males. Señor, todo lo que esté afectando nuestra vida interior, todo lo que esté afectando nuestros matrimonios, sananos y restaura nuestras vidas, restaura nuestros matrimonios, levántanos señor. Que los rayos que brotan de ti en tu divina misericordia pasen sanando y liberando.

Jesús cambia nuestras vidas, transfórmanos,  queremos vivir en ti, bajo tu mirada, queremos estar en ti. Señor en tus milagros creemos, en tus milagros confiamos, trae la paz y la unión a nuestros hogares, trae de regreso a casa a nuestros conyugues. Restaura y libera a nuestros cónyuges del pecado. Acelera Señor, el tiempo de arrepentimiento de los pecados de nuestros esposos y acelera el tiempo de su conversión, para que llegue a ellos pronto también tu bendición. Permite que nuestros hijos tengan muy pronto un hogar unido y restaurado, lleno de amor y de paz.

Señor, Que nuestra vida sea sanada y liberada. Que María Madre nos traiga tus milagros. Mamita del cielo intercede por el vino que se acabó en nuestros matrimonios, pídele a tu hijo Jesús el milagro de transformar el agua en vino de amor, que llegue un nuevo vino a nuestras familias, un vino digno de ti. Sananos señor, creemos, confiamos y esperamos en ti.

Señor Jesús, en tu presencia te decimos que venimos a ti y no merecemos pedir nada, pero por el amor que tú nos tienes y cada día venimos a pedir tu bendición, cada día venimos a pedirte el don de la salud matrimonial bendecido por ti, danos la fuerza para seguir, aleja todas las enfermedades que quieren quebrantar nuestros matrimonios.

Señor, ayúdanos a vencer al enemigo en la promesa de tu bendición. Señor sabemos que mucho te hemos ofendido pero, recibe también nuestra fidelidad y ayúdanos Señor a que por lo mínimo que hacemos por ti, seamos bendecidos por ti. Hoy te presentamos nuestra familia, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros familiares, a la persona que amo, las personas que viven con nosotros, te pido por ellos. Protégelos, libéralos, cuídalos de los peligros del mundo. Se tu nuestra seguridad, el arca donde guardamos lo que nos has regalado, donde proteges lo que amamos bajo el arca de tu bendición. Señor tú lo prometes en tu Sagrado Corazón. Hoy reclamamos la promesa de unidad de las familias a quienes honren el Corazón de Jesús.

Bendice nuestras manos, que nunca nos falte el pan de cada día. Señor abre los cielos, y ten tiempos de misericordia, que seamos libres de todo mal. Protege nuestro trabajo, el de nuestra familia, bendice la salud y la educación, las finanzas familiares. Somos felices con lo que tú nos diste, pero vamos por más, para bendecir y multiplicar todos los bienes que hemos recibido, dándote gloria y honor.

Ayúdanos a ser generosos como tú lo has sido con nosotros. Te presentamos nuestras manos, nuestros, ojos, nuestra mente, nuestra boca, nuestro corazón. Señor que pongamos lo mejor de nosotros en lo que estemos haciendo, bendícenos, libéranos y sananos con tu poder.

Jesús tu mirabas el hogar de Nazaret, mira nuestro hogar, tu mirabas el taller de San José, mira nuestro trabajo. Bendice nuestras manos. Quita nuestros miedos, nuestras dudas, danos luz, discernimiento, que podamos ser luz en nuestros hogares. Ven Jesús, Ven, Sáname, Sana nuestros esposos, Sana nuestros hijos, Sana nuestra familia, Sana y prospera nuestras manos.

Señor creemos en ti, confiamos en ti, esperamos en ti. Imploramos Sanación, Liberación, Restauración.
Amén. Amén. Amén.

jueves, 8 de octubre de 2015

¿Qué buenas noticias hay para nosotros?


Personas disfrutando de la vida en la Tierra

1. ¿Qué noticias nos tiene Dios?

Dios desea que los seres humanos disfruten de la vida. Por amor a la humanidad, creó la Tierra y todo lo que hay en ella. Pronto eliminará las causas del sufrimiento para que personas de todas partes tengan un futuro mejor. (Lea Jeremías 29:11.)
Ningún gobierno ha podido acabar con la violencia, las enfermedades ni la muerte. Pero hay buenas noticias: dentro de poco, Dios pondrá fin a todos los gobiernos humanos y establecerá su propio gobierno. Su pueblo disfrutará de paz y de buena salud. (Lea Isaías 25:8; 33:24, y Daniel 2:44.)

2. ¿Por qué son tan importantes estas noticias?

Para que no haya más sufrimiento, Dios tiene que quitar de la Tierra a toda la gente mala (Sofonías 2:3). ¿Y cuándo hará eso? Pues bien, la Biblia predijo las situaciones que hoy causan dolor a la humanidad. Estos acontecimientos son una señal de que Dios actuará pronto. (Lea 2 Timoteo 3:1-5.)

3. ¿Qué debemos hacer?

Tenemos que aprender acerca de Dios estudiando la Biblia, la cual es como una carta que un padre amoroso dirige a sus hijos. Esta nos dice cómo podemos disfrutar de la vida ahora y qué debemos hacer para obtener vida eterna en el futuro. Es cierto que no todos se alegrarán de que usted estudie la Biblia. Pero no permita que eso lo desanime, pues las bendiciones que le esperan valen la pena. (Lea Proverbios 29:25 y Revelación [Apocalipsis] 14:6, 7.)
ROMPIMIENTO DE PACTOS, SELLOS, CADENAS Y MALEFICIOS:

 

En el nombre de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo: Yo rompo, deshago, pisoteo, desbarato, disuelvo, aniquilo, invalido, cualquier pacto, semipacto, sello, consagración, compromiso, reunión de brujas, maleficios, hechizo, maldición, magia, atadura, trampa, artimañas, ardid, mentira, impedimento, obstáculo, decepción, división, distracción, fórmulas, cadenas espirituales o influencia espiritual; también algunos efectos satánicos, como engendros o gérmenes diabólicos, enfermedades del cuerpo, del alma, de la mente y del espíritu, colocados en mí, en este lugar, en cualquiera de las personas, lugares y cosas mencionadas, traídos a mí, o adquiridos con Satanás o con algún espíritu inmundo consciente o inconscientemente por cualquier agente, por alguna persona, por mi mismo, a causa de mis propios errores y pecados o que vengan conmigo, desde el momento de mi concepción, desde el vientre materno, desde mi niñez, o desde cualquier momento de mi vida; renuncio a todos los falsos beneficios recibidos.

Si alguna cosa ha sido enviada o hecha a mí, no es de nuestro Señor Jesucristo en su nombre destruyo todo efecto de maldición, ruina, necesidad, escases y pido al Padre Celestial que reemplace este maleficio, hechizo, maldición, etc., por una bendición para que llegue así al hermano que quiso hacerme daño. Ahora, me reclamo a mi mismo, para Jesucristo; me consagro completamente al Señor, por medio del corazón Inmaculado de la Santísima Virgen María, y me sello con la sangre de Jesucristo y pido al espíritu Santo me ilumine, me de sabiduría e inteligencia.

Yo ahora coloco la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en mi árbol genealógico, entre mi mismo y entre todas mis generaciones. Yo ordeno en el nombre de Jesús que no haya comunicación directa entre las generaciones. Toda la comunicación será filtrada a través de la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Yo me entrego al poder del Espíritu Santo y recibo toda la verdad sobre la curación intergenérica.

Oh Padre Celestial: humildemente te suplico, por la intercesión de la Bienaventurada y siempre Virgen María, de los Arcángeles, de los Ángeles y de todos los Santos de mi devoción tomo autoridad y ato todo espíritu de ruina, maldición, necesidad, escases y otros para que se desate ahora mismo toda clase de bendiciones en la salud, económico, material, espiritual, profesional, familiar, intelectual y otros. Que todo lo que por medio de esta oración, ato en la tierra, quede atado en el cielo, y lo que desato en la tierra quede desatado en el cielo por siempre. Te lo ruego Padre, por Cristo, con Cristo, y en Cristo Nuestro Señor que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

(Repetir tres veces sin excepción). Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo…

¿Quién es Dios?


1. ¿Por qué debemos adorar a Dios?

Dios es el Creador de todas las cosas. Siempre ha existido y nunca dejará de existir (Salmo 90:2). De él provienen las buenas noticias que se hallan en la Biblia (1 Timoteo 1:11). Como nos dio la vida, solo él se merece que le sirvamos y adoremos. (Lea Revelación [Apocalipsis] 4:11.)

2. ¿Cómo es Dios?

Ningún ser humano lo ha visto jamás porque él es un espíritu, alguien muy superior a nosotros, que somos de carne y hueso (Juan 1:18; 4:24). Ahora bien, podemos saber algo acerca de su personalidad al examinar su creación. Por ejemplo, la gran variedad de frutas y flores que ha diseñado nos revela que nos ama y que es muy inteligente. Además, la inmensidad del universo nos demuestra que tiene muchísimo poder. (Lea Romanos 1:20.)
Otra manera de conocer a Dios es leyendo la Biblia. Esta nos habla de cómo trata a las personas, de qué cosas le agradan y cuáles no, y de la forma en que reacciona ante diversas situaciones. (Lea Salmo 103:7-10.)
Jehová, el nombre de Dios, en diferentes idiomas

3. ¿Tiene Dios un nombre?

Jesús dijo: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” (Mateo 6:9). De modo que, aunque Dios posee muchos títulos, tiene un nombre propio. Dependiendo del idioma, ese nombre se pronuncia de distintas maneras. En español es Jehová, aunque también se utiliza Yavé. (Lea Salmo 83:18 [82:19 en algunas versiones].)
En numerosas traducciones de la Biblia, el nombre divino se ha reemplazado por títulos como Dios o Señor. Pero originalmente el nombre de Dios aparecía en la Biblia  unas siete mil veces. Al enseñar a la gente acerca de Dios, Jesús utilizó con frecuencia ese nombre. (Lea Juan 17:26.)
Un hombre y una mujer cuidando a su hijo enfermo
Al igual que este padre amoroso, Dios tiene en cuenta nuestro bienestar a largo plazo

4. ¿Le importamos a Dios?

Si Jehová de veras nos ama, ¿por qué permite que haya tanto sufrimiento? Algunos creen que nos hace sufrir para probarnos. Pero eso no es cierto. (Lea Santiago 1:13.)
Jehová nos ha concedido la libertad de elegir nuestro camino en la vida. Y lo mejor sería utilizar dicha libertad para servirle (Josué 24:15). No obstante, muchas personas la usan para hacer cosas malas, y es por eso que hay tanto sufrimiento. Pero a Jehová le duele ver tales injusticias. (Lea Génesis 6:5, 6.)
Como Jehová nos ama y desea que disfrutemos de la vida, pronto acabará con el dolor y la maldad. Mientras tanto, tiene buenos motivos para permitir el sufrimiento. En la lección 8 se explicarán cuáles son. (Lea 2 Pedro 2:9 y 3:7, 13.)
Mujer orándole a Dios

5. ¿Cómo podemos acercarnos a Dios?

Jehová nos da la oportunidad de acercarnos a él mediante la oración. Él se interesa por cada uno de nosotros (Salmo 65:2; 145:18). Además, está dispuesto a perdonarnos y reconoce nuestros esfuerzos por hacer su voluntad, aun cuando no siempre lo logremos. Así que, pese a que somos imperfectos, podemos ser sus amigos. (Lea Salmo 103:12-14 y Santiago 4:8.)
Puesto que le debemos la vida, Dios merece que lo amemos como a nadie más (Marcos 12:30). Demostramos que lo amamos cuando aprendemos acerca de él y obedecemos sus mandamientos. Y al hacer esto, nuestra relación con él se estrechará. (Lea 1 Timoteo 2:4 y 1 Juan 5:3.)

¿Nos acercan a Dios todas las religiones?

La respuesta que da la Biblia

No. Las religiones no son todas iguales. En la Biblia encontramos muchos ejemplos de formas de adoración que no agradan a Dios. Estas se dividen en dos categorías.

Categoría 1: Las que adoran a dioses falsos

La Biblia indica que adorar a dioses falsos no sirve para nada (Jeremías 10:3-5; 16:19, 20). Jehová dijo a la antigua nación de Israel: “No tengas otros dioses aparte de mí” (Éxodo 20:3, 23; 23:24, Dios habla hoy). * Cuando los israelitas adoraron a otros dioses, “la cólera de Jehová empezó a encenderse” (Números 25:3; Levítico 20:2; Jueces 2:13, 14).
Dios sigue opinando lo mismo de la adoración que se da a “aquellos que son llamados ‘dioses’” (1 Corintios 8:5, 6; Gálatas 4:8). A los que quieren servirle, les pide que dejen de relacionarse con los que practican la religión falsa. La Biblia dice: “Sálganse de entre ellos, y sepárense” (2 Corintios 6:14-17). Si todas las religiones fueran prácticamente iguales y todas nos acercaran a Dios, ¿por qué daría Dios ese mandato?

Categoría 2: Las que adoran a Dios de una manera que a él no le agrada

Jehová rechazó a los israelitas cuando adoptaron creencias o prácticas que se utilizaban en el culto a dioses falsos y mezclaron la religión verdadera con la falsa (Éxodo 32:8; Deuteronomio 12:2-4). Jesús condenó a los líderes religiosos de su tiempo por la forma en que adoraban a Dios. Ellos daban la apariencia de ser muy devotos, pero en realidad eran unos hipócritas que habían “desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia y la misericordia y la fidelidad” (Mateo 23:23).

Hoy, la única religión que nos acerca a Dios es la que se basa en la verdad que encontramos en la Biblia (Juan 4:24; 17:17; 2 Timoteo 3:16, 17). De hecho, las religiones que enseñan cosas que están en contra de lo que dice la Biblia alejan a las personas de Dios. Muchos creen que enseñanzas como la de la Trinidad, la inmortalidad del alma y el tormento eterno son bíblicas. Sin embargo, estas creencias provienen del culto a dioses falsos. Las formas de adoración que promueven tales enseñanzas son inútiles, pues sustituyen los requisitos divinos por tradiciones religiosas (Marcos 7:7, 8).

Además, Dios odia la hipocresía religiosa (Tito 1:16). Para que una religión nos ayude a acercarnos a Dios, esta debe ser algo más que un conjunto de ritos o ceremonias; debe tener un efecto en nuestra vida diaria. Por ejemplo, la Biblia dice: “Si a un hombre le parece que es religioso, y con todo no refrena su lengua, sino que sigue engañando su propio corazón, la forma de adoración de este hombre es vana. La religión que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es esta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo” (Santiago 1:26, 27; notas). Al referirse a la forma de adoración limpia y sincera, la versión La Palabra de Dios para Todos usa en este versículo la expresión “religión pura”.

¿Cuál es el sentido de la vida?

La respuesta que da la Biblia

Esta cuestión puede plantearse de distintas formas. Tal vez alguien se pregunte: “¿Por qué estamos aquí?” o “¿Qué propósito tiene la vida?”. La Biblia indica que nuestro propósito en la vida es llegar a ser amigos de Dios. Para comprender mejor este asunto, veamos algunas verdades fundamentales que revelan las Escrituras.
  • Dios es nuestro Creador. La Biblia dice: “Es [Dios] quien nos ha hecho, y no nosotros mismos” (Salmo 100:3; Revelación [Apocalipsis] 4:11).
  • El Creador tiene un propósito para todo lo que ha hecho, incluida la humanidad (Isaías 45:18).
  • Dios nos creó con una “necesidad espiritual”, la cual incluye el deseo de hallarle sentido a la vida (Mateo 5:3). Él quiere que satisfagamos ese anhelo (Salmo 145:16).
  • Satisfacemos nuestra necesidad espiritual cuando nos esforzamos por conocer a Dios y ser sus amigos, algo que no está fuera de nuestro alcance. De hecho, la Biblia nos hace esta invitación: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8; 2:23).
  • A fin de ser amigos de Dios, debemos cumplir con el propósito para el cual nos creó. La Biblia deja claro cuál es ese propósito: “Para esto fue creado el hombre: para temer y amar a Dios y obedecer sus mandatos” (Eclesiastés 12:13, versión de Ángel Sánchez, nota; lenguaje actualizado).
  • En el futuro, cuando Dios elimine el sufrimiento y conceda vida eterna a todos sus amigos —aquellos que le sirven con lealtad—, se verá totalmente cumplido el propósito de Dios para la humanidad (Salmo 37:10, 11).

Tres preguntas para Dios

Un señor medita sobre la existencia del hombre, la religión y el universo























SUSAN empezó a hacerse preguntas sobre Dios a los siete años, cuando su amigo Al, de nueve, enfermó de polio y fue hospitalizado para ponerlo en un pulmón de acero. Ella relató su historia en el número del 6 de enero de 2013 del periódico The New York Times.
Después de visitar a su amigo en el hospital, Susan le preguntó a su mamá: “¿Por qué le hizo Dios esto a un niño?”.
Su mamá le contestó: “El sacerdote te dirá que Dios tiene sus razones, pero no sé cuáles puedan ser”.
Dos años más tarde, en 1954, se comenzó a usar la vacuna contra la poliomielitis, desarrollada por el doctor Jonas Salk. La mamá de Susan dijo que quizás Dios lo había ayudado en su investigación.
“Dios podría haber ayudado antes a los doctores —le contestó Susan—, y Al no estaría en un pulmón de acero.”
Susan resumió el relato de su infancia con las siguientes palabras: “[Mi amigo Al] murió ocho años más tarde, y para ese entonces yo ya era una atea convencida”.
Al igual que Susan, a muchas personas que han vivido una tragedia o han visto el sufrimiento de otros, les cuesta encontrar una respuesta lógica a sus preguntas sobre Dios. Algunos se vuelven ateos, y otros, aunque no niegan que Dios exista, no confían en él.
La religión no es algo desconocido para los ateos y escépticos. De hecho, lo que han observado en las religiones es precisamente lo que los ha llevado a alejarse de Dios. Sienten que la mayoría de las religiones no han sabido responder a las preguntas más importantes de la vida. ¿Qué preguntas? Pudiera sorprendernos, pero a menudo se trata de las mismas preguntas con las que luchan personas que afirman creer en Dios. Analice con nosotros tres preguntas que muchas personas le harían a Dios si tuvieran la oportunidad, y las respuestas que da la Biblia.

 1 “¿POR QUÉ PERMITES EL SUFRIMIENTO?”

¿Por qué surge esta pregunta?
“Un Dios de amor no permitiría que hubiera desgracias”, opinan muchas personas.
PIENSE EN ESTO: ¿Le ha sucedido alguna vez que las costumbres y los modales de gente de otra cultura sean muy diferentes a los suyos y hasta le desagraden? Sería muy fácil malinterpretar esas costumbres. Por ejemplo, en ciertas culturas la gente piensa que mirar a los ojos es una muestra de interés, mientras que en otras se considera que es una falta de respeto. Pero en cualquier caso, no habría razones para decir que lo que hacen está mal. Quizás solo se trataría de conocer mejor a esas personas.
¿Podría decirse lo mismo sobre conocer mejor a Dios? Muchas personas creen que el sufrimiento confirma que Dios no existe. Sin embargo, otras personas no solo están seguras de su existencia sino que además entienden por qué permite el sufrimiento.
LO QUE DICE LA BIBLIA: La manera en que Dios piensa y hace las cosas es diferente a la nuestra (Isaías 55:8, 9). Por eso, nos pueden parecer extrañas sus decisiones y las razones que tiene para no actuar tan rápido como nos gustaría.
No tenemos por qué aceptar ideas ilógicas como: “Los caminos del Señor son un misterio”. En realidad, la Biblia nos permite conocer mejor a Dios y nos ayuda a entender por qué actúa como lo hace. * Incluso podemos llegar a sentirnos cerca de él (Santiago 4:8).

 2 “¿POR QUÉ HAY TANTA HIPOCRESÍA EN LAS RELIGIONES?”

¿Por qué surge esta pregunta?
“Si para Dios la honestidad fuera tan importante, no habría tanta hipocresía entre quienes afirman ser sus adoradores”, dicen algunos.
PIENSE EN ESTO: Imagine que un joven se rebela contra su padre, quien se ha esforzado por educarlo bien, y se va de casa para hacer lo que se le antoje. Aunque el padre no está de acuerdo, permite que su hijo tome sus propias decisiones. Quienes conocieran al hijo después, ¿podrían concluir que tuvo un mal padre o que ni siquiera tuvo uno? ¡Claro que no! Igualmente, la hipocresía en las religiones demuestra que Dios deja que cada quien tome sus propias decisiones.
LO QUE DICE LA BIBLIA: Dios odia la hipocresía que hay en las religiones (Jeremías 7:29-31; 32:35). Sin embargo, deja que las personas tomen sus propias decisiones. Muchos de los que afirman creer en Dios eligen seguir enseñanzas que no están en la Biblia y deciden ellos mismos lo que está bien y lo que está mal (Mateo 15:7-9).
Sin embargo, los verdaderos siervos de Dios no son hipócritas. * Jesucristo dijo: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre sí” (Juan 13:35). La Biblia menciona que este amor debe ser “sin hipocresía” (Romanos 12:9). La mayoría de las religiones han fracasado en mostrar amor genuino. Por ejemplo, en 1994 durante el genocidio de Ruanda, miles de personas religiosas asesinaron a miembros de su propia iglesia, sólo porque eran de otra tribu. Por el contrario, los testigos de Jehová no participaron en la masacre y muchos de ellos arriesgaron sus vidas para proteger a sus compañeros e incluso a personas de otras religiones. Esto prueba que la religión no tiene por qué ser hipócrita.

 3 “¿POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ?”

¿Por qué surge esta pregunta?
Hay quienes se preguntan: “¿Por qué vivimos sólo 80 o 90 años? ¿Qué sentido tiene una vida tan corta?”.

Un hombre leyendo la Biblia
PIENSE EN ESTO: Muchas personas que no creen en Dios reconocen que la complejidad y el orden que hay en el universo tienen que tener una explicación. Se dan cuenta de que la Tierra, los demás planetas y la luna están colocados en el lugar preciso para que haya vida aquí. Reconocen que las leyes físicas que controlan el universo son tan precisas que la más mínima alteración haría imposible la vida en nuestro planeta.
LO QUE DICE LA BIBLIA: Mientras que algunas personas consideran que la brevedad de la vida es una prueba de que Dios no existe, la naturaleza demuestra que sí existe un Creador (Romanos 1:20). La razón para crear la Tierra y al ser humano tiene que ver con su propósito. Dios nos creó para que viviéramos felices aquí por toda la eternidad, y su propósito no ha cambiado (Salmo 37:11, 29; Isaías 55:11).
Aunque podemos concluir que Dios existe al ver sus cualidades reflejadas en la creación, él no espera que comprendamos su propósito de este modo. Para conocer su propósito y el de nuestra propia existencia, necesitamos que él mismo nos los explique. Mediante la Biblia, Dios lo hace con explicaciones sencillas y directas. * Los testigos de Jehová lo invitamos a que aproveche la oportunidad de averiguar lo que enseña la Palabra de Dios.

¿Por qué no contesta Dios todas las oraciones?

 

Dios quiere que nos acerquemos a él. Lo que es más, a él le gusta que le oremos con franqueza, igual que a un padre cariñoso le gusta que sus hijos le expresen libremente sus sentimientos. Aun así, como buen padre que es, no siempre nos concede lo que le pedimos. Él tiene buenas razones para actuar así y no las cubre con un velo de misterio, pues podemos encontrarlas en la Biblia.

El apóstol Juan explica con respecto a las oraciones: “Esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14). Así es, nuestras oraciones deben estar de acuerdo con la voluntad de Dios. Por eso, no escucha a quienes piden cosas como ganar la lotería o una apuesta, ni a quienes oran motivados por malos deseos. El discípulo Santiago previene contra este mal uso de las oraciones. “Piden, y sin embargo no reciben —dice él—, porque piden con un propósito malo, para gastarlo en los deseos vehementes que tienen de placer sensual.” (Santiago 4:3.)
Imaginemos, por ejemplo, que en un partido de fútbol, ambos equipos rezan pidiendo la victoria. ¿Contestará Jehová Dios sus oraciones? Obviamente no, pues son incompatibles entre sí. Lo mismo pasa con los conflictos bélicos de hoy día en los que cada ejército pide la victoria para su bando.
Además, quienes desobedecen las leyes divinas tampoco pueden esperar que Jehová los escuche. Fijémonos en lo que Dios dijo en cierta ocasión a quienes le servían con hipocresía: “Aunque hagan muchas oraciones, no escucho; sus mismas manos se han llenado de derramamiento de sangre” (Isaías 1:15). 

La Biblia dice sin rodeos: “El que aparta su oído de oír la ley... hasta su oración es cosa detestable” 

Sin embargo, Jehová sí escucha las oraciones de quienes se esfuerzan por servirle de acuerdo con Su voluntad. Claro, esto no quiere decir que siempre acceda a todas sus peticiones. Veamos algunos ejemplos bíblicos que así lo demuestran.
Pensemos en el caso de Moisés. Él tenía una estrecha relación con Dios; aun así, también tenía que orar “conforme a su voluntad”. En una ocasión, le suplicó que lo dejara entrar en la tierra de Canaán: “Déjame pasar, por favor, y ver la buena tierra que está al otro lado del Jordán”. Pero su petición era contraria a la voluntad de Jehová, quien tiempo antes lo había castigado por un pecado prohibiéndole entrar en la Tierra Prometida. Por eso, Dios no le dio lo que pedía y le dijo: “¡Basta ya! Nunca me vuelvas a hablar de este asunto” (Deuteronomio 3:25, 26; 32:51).

Otro caso es el del apóstol Pablo. Él pedía a Dios que lo librara de lo que él llamaba “una espina en la carne” (2 Corintios 12:7). Puede que esa “espina” fuera un problema crónico de la vista o el acoso constante de enemigos y “falsos hermanos” (2 Corintios 11:26; Gálatas 4:14, 15). Pablo cuenta: “Tres veces supliqué al Señor que esta se apartara de mí”. Pero Jehová sabía que si Pablo seguía predicando pese a esa molesta “espina en la carne”, se demostrarían el poder de Dios y la confianza que el apóstol tenía en Él. Así pues, en vez de quitarle esa “espina”, le dijo: “Mi poder está perfeccionándose en la debilidad” (2 Corintios 12:8, 9).

En efecto, Jehová siempre vela por nuestro bien. Por eso, nos concede solo aquello que nos conviene y que está en armonía con su amoroso propósito registrado en la Biblia.

¿Hay oraciones que Dios no escucha?

La respuesta que da la Biblia

Hay peticiones que Dios no concede. Veamos dos tipos de oraciones que Dios podría pasar por alto.

1. Oraciones que se oponen a la voluntad divina

Dios no concede peticiones que vayan en contra de su voluntad o de sus normas, las cuales él mismo revela en la Biblia (1 Juan 5:14). Por ejemplo, las Escrituras condenan la avidez; es decir, el deseo insaciable de poseer algo, como el dinero. Y los juegos por dinero fomentan la avidez (1 Corintios 6:9, 10). Así que Dios no escucha a quien le pide ayuda para ganar la lotería. Él no es como el genio de la lámpara, dispuesto a concedernos cualquier deseo. ¡Y qué alivio es saber que Dios no responde las oraciones de gente con malas intenciones! (Santiago 4:3.)

2. Oraciones de personas que siguen ofendiendo a Dios

Dios tampoco escucha las oraciones de quienes a propósito hacen cosas que lo ofenden. A unos siervos suyos que se empeñaban en desobedecerlo, Dios les dijo: “Aunque hagan muchas oraciones, no escucho; sus mismas manos se han llenado de derramamiento de sangre” (Isaías 1:15). Si ellos se hubieran arrepentido y hubieran tratado de conseguir su perdón, él habría escuchado sus oraciones (Isaías 1:18).

¿Por qué orar en el nombre de Jesús?

La respuesta que da la Biblia

Dios desea que dirijamos nuestras oraciones a él por medio de Jesús. De hecho, ese es el único medio que aprueba para orarle. Jesús declaró: “Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Él mismo también les dijo a sus apóstoles fieles: “Si le piden alguna cosa al Padre, él se la dará en mi nombre” (Juan 16:23).

Otras razones por las que debemos orar en el nombre de Jesús

  • Es una manera de honrar a Jesús y a su Padre, Jehová Dios (Filipenses 2:9-11).
  • Demostramos gratitud por el sacrificio de Jesús, el medio que Dios ha provisto para nuestra salvación (Mateo 20:28; Hechos 4:12).
  • Reconocemos que Jesús es el único que puede interceder por nosotros ante Dios (Hebreos 7:25).
  • Mostramos respeto por la posición de Jesús como “sumo sacerdote”, quien como tal nos ayuda a tener una buena relación con Dios (Hebreos 4:14-16).

¿Qué podemos pedirle a Dios?

La respuesta que da la Biblia

Le podemos pedir cualquier cosa que esté en armonía con las normas divinas que enseña la Biblia. “No importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye”, afirman las Escrituras (1 Juan 5:14). Entre otras cosas, uno puede contarle sus preocupaciones. La Biblia nos invita a desahogarnos con él, pues dice: “Delante de él derramen ustedes su corazón” (Salmo 62:8).

Ejemplos de lo que podemos pedir en oración

  • Fe en Dios (Lucas 17:5).
  • El espíritu santo de Dios —es decir, su fuerza activa—, a fin de que nos ayude hacer lo correcto (Lucas 11:13).
  • Fortaleza para enfrentar los problemas y resistir las tentaciones (Filipenses 4:13).
  • Paz mental y tranquilidad (Filipenses 4:6, 7).
  • Sabiduría para tomar buenas decisiones (Santiago 1:5).
  • Ayuda para satisfacer las necesidades diarias (Mateo 6:11).
  • Perdón de los pecados (Mateo 6:12).

¿Contesta Dios nuestras oraciones?


La respuesta que da la Biblia

Por supuesto que sí. Hay textos bíblicos y casos de la vida real que demuestran que Dios responde las oraciones. La Biblia dice acerca de Dios: “Ejecutará el deseo de los que le temen, y oirá su clamor por ayuda, y los salvará” (Salmo 145:19). Ahora bien, para que Dios nos responda, se espera que cumplamos ciertas condiciones.

Condiciones que Dios establece

  • Dirigirse a él, no a Jesús, María, los santos ni a ningún ángel o imagen. La Biblia llama a Jehová, nuestro Dios, el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2).
  • No pedir cosas que vayan en contra de su voluntad o de sus normas, las cuales están en la Biblia (1 Juan 5:14).
  • Orar en el nombre de Jesús, reconociendo así la autoridad que él tiene. “Nadie viene al Padre sino por mí”, afirmó Jesús (Juan 14:6).
  • Tener fe. Y en caso de no tener suficiente, pedirle más (Mateo 21:22; Lucas 17:5).
  • Ser humildes y sinceros. La Biblia dice: “Jehová es alto, y, no obstante, al humilde lo ve” (Salmo 138:6).
  • Perseverar. Jesús dio esta garantía: “Sigan pidiendo, y se les dará” (Lucas 11:9).

Factores que Dios no toma en cuenta

  • Nuestra raza o nacionalidad. “Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.” (Hechos 10:34, 35.)
  • La posición o postura. Podemos orar sentados, postrados rostro a tierra, de rodillas o de pie (1 Crónicas 17:16; Nehemías 8:6; Daniel 6:10; Marcos 11:25).
  • Si oramos en voz alta o en silencio. Dios contesta hasta las oraciones que hacemos en lo secreto del corazón (Nehemías 2:1-6).
  • Si nuestras preocupaciones son grandes o pequeñas. La Biblia nos hace esta invitación: “Ech[en] sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes” (1 Pedro 5:7).

¿Nos oye Dios cuando le pedimos ayuda?


La respuesta que da la Biblia

Sí. Dios escucha a las personas sinceras que le hacen peticiones que no van en contra de su voluntad. De hecho, la Biblia contiene ejemplos de personas que acudieron a Dios por ayuda. Ver algunos de estos ejemplos nos animará a orar, aun cuando jamás lo hayamos hecho.

  • Ayúdame, Jehová Dios mío; sálvame conforme a tu misericordia.” (Salmo 109:26, Reina-Valera, 1960.)
  • Dios mío, yo soy muy pobre, y estoy muy necesitado; ¡ven pronto! Dame tu ayuda.” (Salmo 70:5, Traducción en lenguaje actual.)

No cabe duda de que el escritor de estos versículos tenía una sólida fe en Dios. Pero ¿y si no tenemos tanta fe? Pues bien, Dios también escucha a quienes lo buscan con un buen corazón. La Biblia dice que él atiende los ruegos de quienes están “quebrantados de corazón” y “aplastados en espíritu”, es decir, sumamente angustiados (Salmo 34:18).

Puede que a veces pensemos que Dios está muy lejos y que no le interesan nuestros asuntos. Sin embargo, las Escrituras declaran: “Jehová es alto, y, no obstante, al humilde lo ve; pero al altanero lo conoce solo de distancia” (Salmo 138:6). Jesús incluso les aseguró a sus discípulos: “Los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados” (Mateo 10:30). En efecto, si Dios está al tanto hasta de detalles como estos, que nosotros mismos solemos pasar por alto, con cuánta más razón nos escuchará cuando le contemos nuestras inquietudes (1 Pedro 5:7).

Escuela de Enseñanza Espiritual

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